Los retrasos y la crisis terminaron con el proyecto del polígono de Portillo

La última sesión del juicio de la Perla Negra y los terrenos del polígono de Portillo, antes de las conclusiones definitivas, se ha centrado sobre la compra y venta de las parcelas de ese polígono. Un proyecto, que según las declaraciones, no salió adelante por los cambios, los plazos para convertir los terrenos rústicos en urbanizables y las prisas porque las naves estuvieran. Todo ello hizo que las empresas encargadas de desarrollarles terminasen vendiendo las parcelas a la Junta, a través de la sociedad pública Gesturcal.

El proyecto era viable, pero cuando se comenzó a desarrollar hubo que cambiar los planes: se querían naves muy grandes y terreno de sobra para grandes empresas. Algunas de los promotores del proyecto, que constituían la sociedad Parque Empresarial de Portillo, como Cementos la Bureba o Industrias San Cayetano, terminan vendiendo sus parcelas a la Junta a través de la sociedad Gesturcal. La razón por la cual esas parcelas suben de precio la ha dado Luis Ángel Rodríguez gestor de la sociedad Parque Empresarial de Portillo. "En el pueblo todos hablaban de la venta y los precios".

Tanto Francisco Esgueva como Luis Ángel Rodríguez Herrero, socios fundadores de Parque Empresarial de Portillo, para los que el Ministerio Fiscal pide una pena de seis años de cárcel por un delito de violación de secretos en concurso con un delito de tráfico de influencias, han afirmado que el interés por las parcelas adquiridas por la sociedad procedió de la Consejería de Economía y Empleo y que el primer contacto se mantuvo con el entonces director general de Industria, Carlos Martín Tobalina.

Además, otro socio de Parque Empresarial de Portillo, Luis Antonio Recio, fundador de Cementos la Bureba, ha reconocido haber escuchado a sus socios comentar que “debían hablar con el jefe”, en referencia al entonces consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, y con el “vidrios”, para referirse al viceconsejero Rafael Delgado.

Carlos González Maestro, gerente de Parque Empresarial de Portillo, que además de recalcar que en sus cuarenta años de trayectoria profesional como asesor económico y laboral jamás había tenido una relación con ningún cargo político, aseveró que solo conoció a Rafael Delgado meses después de que se cerrara la operación de venta cuando alguien se lo presentó en un bar. “Maldito fue el día que acepte el cargo”, sentenció González Maestro. En su declaración también explicó que no se cometió ninguna irregularidad por el hecho de la venta de las parcelas a Gesturcal la hiciera Cementos La Bureba y no Parque Empresarial de Portillo, dado que eran los mismos socios.