Sociedad

Un hilo de Twitter recopila "historias tróspidas" a la hora de buscar piso: "Tu habitación también es la cocina"

Desde sorpresas de última hora hasta casos de misoginia pasando por caseros que van a comer a la casa "varios días"

Un 1% de la oferta de alquiler de la ciudad de Málaga son pisos de menos de 30 m2 / Agencias

La experta en videojuegos y presentadora de televisión Maya Pixelskaya compartió que una vez fue a visitar un piso para alquilarlo: "El de la inmobiliaria me explicó que el precio era más bajo porque a cambio el dueño del piso, que trabajaba cerca, iría allí a comer varios días por semana", contaba en la red social X y preguntaba a sus seguidores si tenían "historias tróspidas" a la hora de buscar casa. Rápidamente su post se ha llenado de anécdotas de todo tipo, algunas muy graciosas pero muy preocupantes al mismo tiempo.

Una de las más comentadas es la de la actriz de doblaje Nikki García, que contaba que "viendo un piso de alquiler en el centro, la dueña alababa el aislamiento de las ventanas que había puesto" porque, según explicó, "una vez dispararon a un hombre aquí abajo y yo ni me enteré, y mira que vinieron ambulancias y policía y de todo". Siguiendo esa línea, otro usuario recuerda que una vez fue a ver un piso en una zona un poco "chunga" y cuando le preguntó al de la inmobiliaria le dijo: "Nada nada, si la policía ya casi no viene por aquí".

Alguien también recuerda que a unas amigas les enseñaron un piso "que tenía una cama redonda en el dormitorio, espejos en el techo y los armarios acolchados forrados de terciopelo": "Lo primero que preguntó una de ellas fue que dónde se compraban sábanas para esa cama". Otra persona cuenta que su casera le enseñó su habitación y todo parecía correcto hasta que antes de irse le hizo una observación "Ah, espera" y abre unas puertas correderas. Detrás, un hornillo y una nevera. "Es que tu habitación también es la cocina, pero bueno, eso es organizaros las horas", le dijo. Otro apunta que hace unos días fue a ver uno "en el que la cocina hay que tirarla porque habían ocupado el patio comunitario de forma ilegal".

A otra persona el de una inmobiliaria le sugirió ir a ver un piso haciéndose pasar "por repartidores de Amazon o para revisar la caldera" porque los antiguos inquilinos aún no podían saber que el casero pensaba venderlo. "Yo fui a ver uno en el que el suelo estaba lleno de escombros. ¿Estáis haciendo obra?, pregunté. No, es así, me contestaron", comparte otra usuaria.

Las historias se suceden y en muchos casos tienen que ver con anuncios engañosos: "Una vez fui a ver uno en el que ponía que había una terraza con vistas espectaculares. Spoiler: no había terraza. Lo que había era un ventanuco a un tejado enano e inclinado. "Aquí te traes a una churri con un vinito y triunfas", me dijo. Un vinito y un paracaídas, por si acaso", cuenta otro. Algo parecido le pasó a alguien que tuvo de casero a un señor, "el Sr Ramírez", que tenía pisos desde una habitación a once habitaciones: "Un piso que fui a ver que se anunciaba como dúplex, y lo que tenía era la cama de matrimonio en el salón elevada a una doble altura".

También se comparten casos de misoginia: "Buscando para comprar el de la inmobiliaria se negó a enseñarme el piso cuando se enteró de que era soltera y sin hijos. Un amigo me acompañó fingiendo ser mi marido y sólo se dirigió a él aunque la que hacía preguntas era yo. Cuando preguntó si nos interesaba nos entró la risa".

 
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