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Bertrand Bonello estrena 'The Beast': "El modelo capitalista sacrifica a los seres humanos por el beneficio"

El director francés estrena la apabullante 'The Beast', un melodrama con Léa Seydoux que habla del miedo al amor y de la Inteligencia Artificial

El director francés Bertrand Bonello durante la entrevista con la Cadena SER

Hay un sentimiento que recorre distintas épocas y es el miedo a enamorase y a que los avances tecnológIcos cambien nuestra forma de amar y de sentir. Esa es la tesis principal de The Beast, al nueva película de Bertrand Bonello, uno de los directores franceses más inclasificables y apabullantes del cine actual. En un momento donde el realismo es lo que prima en el cine de autor, Bonello propone un fresco donde mezcla todos los géneros. “Es cierto que funcionan las historias realistas, en las que la gente puede identificarse, pero yo he intentado de hacer lo contrario y es verdad que a veces me siento un poco solo”, reconoce en una entrevista en la Cadena SER.

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Con ganas de adentrarse en el melodrama, un género que todavía no había abordado en su filmografía, adapta de una manera libre La bestia en la jungla, un relato de Henry James que le permite hablar de temas tan actuales como el machismo, el miedo, el amor o la tecnología. “Me pareció interesante partir de este cuento de Henry James, que había leído tres o cuatro veces, y que tiene el argumento melodramático perfecto. No podría haber inventado nada mejor, porque conecta sentimientos como el miedo y el amor”, dice el director que coge el melodrama, pero lo retuerce y lo pasa por la pátina de otros géneros, como la ciencia ficción, el drama histórico o hasta el thriller.

The Beast cuenta una historia de amor, pero a diferencia de la novela, aquí la protagonista es la mujer, no el hombre. Léa Seydoux que vive una tormentosa relación de amor en tres épocas distintas: 1910, 2014 y 2044. Años elegidos concienzudamente des del guion para configurar este laberinto por el que el espectador transita. “La entrada al siglo XX es una época que me parece fascinante porque estamos entrando en él con mucha luz, diciéndonos que va a ser un siglo maravilloso, sin guerras, sin enfermedades, solo progreso. Y cuatro años después, aparece la oscuridad de la guerra”, apunta Bonello que también incluye en esa parte del metraje la famosa inundación de París que ocurrió ese año. “La idea era vincular cada época mezclar en cada época una catástrofe colectiva con una catástrofe íntima”.

En el caso de 2014 es un año peculiar porque todavía el Me Too no ha tenido lugar y todavía algunos comportamientos machistas y tóxicos no son tan repudiados en la esfera social. Pero además, ese año ocurre que un YouTube llamado Elliott Rodger cometió una masacre en Estados Unidos. En el caso de 2044 porque necesitaba el futuro. “Quería hablar del futuro, pero un futuro muy cercano, que todos pudiéramos imaginar o casi proyectarnos en él, un futuro que realmente pareciera el mañana”. En ese futuro aparece la Inteligencia Artificial, algo que cuando Bonello escribió el guion no parecía tan inmediato, pero que en el estreno del filme es uno de los grandes debates y desafíos de la sociedad actual. “Al escribir si imaginaba algunas cosas de las que ocurren hoy, pero en ningún caso pensé que las veríamos tan pronto”, explica. La película compitió en el pasado Festival de Venecia, donde la huelga en Hollywood debatía precisamente una legislación sobre este asunto.

Fotograma &#039;The Beast&#039;, la película de Bertrand Bonello

Fotograma 'The Beast', la película de Bertrand Bonello / carole bethuel

Bonello evita demonizar la tecnología y, simplemente, muestra cómo ha evolucionado la sociedad y su manera de abordar los sentimientos. "La tecnología tiene un impacto en nuestros sentimientos. Puedo poner ejemplos muy básicos, pero el hecho de que las redes sociales se hayan desarrollado tanto, actúa sobre las emociones, juega mucho con el narcisismo, con el odio. Los comportamientos han cambiado mucho, lo podemos ver claramente. Con la inteligencia artificial hemos subido un peldaño”. También indaga en qué cosas permanecen y qué otras han cambiado. El miedo al amor está presente en todas las épocas.

Y luego está el capitalismo y su eclosión, desde 1910 hasta hoy, donde las emociones se han mercantilizado, como dice la socióloga Eva Illouz. “Claro que está conectado con la explosión del capitalismo. Podemos ver claramente, por ejemplo, que hoy en día, si tienes un problema en el banco, llamas, pero no conseguimos hablar con nadie. Está lo de no tener relaciones sexuales, lo de no tener empatía hacia nadie. Todo esto es parte de un modelo capitalista cada vez más violento que, necesariamente, sacrifica seres humanos por el beneficio”.

En ese envoltorio tecnológico, la película se inicia y se cierra apelando a ello. La primera escena es la de Léa Seydoux, una actriz, frente a una pantalla verde. “Para todos los espectadores del mundo esa pantalla verde se asocia a una forma de virtualidad, así que el espectador sabe que entra en esa virtualidad y que todo lo que verá no será real. La segunda razón era poner a una actriz durante los primeros minutos perdida en esa pantalla y quería dejar claro que la historia iba sobre ella”. La última escena es un QR que los espectadores en los cines al escanearlo verán los títulos de crédito, donde entre otras cosas verán que Bonello compone la banda sonora, como ha hecho en sus películas anteriores, y que está dedicada a Gaspar Ulliel. “Fue muy doloroso”, reconoce el director que evitó fichar a otro actor francés para sustituirle. “Queríamos evitar comparaciones”. Finalmente apareció George McKay, actor británico que, en solo tres meses, se metió en el rodaje. Él da vida también a un incel, ese YouTube que acabó siendo un héroe para tantos hombres machistas y solitarios. “Existe algo que quizá no se dice de manera consciente que es el miedo a abandonarse. Es una idea muy contemporánea porque los incels están muy ligados a la soledad y ese es un tema muy contemporáneo”.

Bonello parece realizar una película sensorial y reflexiva, algo que ya vimos en Coma, que a veces recuerda al Muhollan Drive de David Lynch y otras a La edad de la inocencia. En ella superpone planos, historias y nos ofrece repeticiones, como esas palomas que dan mala suerte. Las muñecas terroríficas o el rostro emotivo de Léa Seydoux, una mujer que como las mujeres de Casa de tolerancia, película de Bonello, sufren el machismo de la sociedad.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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