Muere el cineasta Laurent Cantet, ganador de la Palma de Oro con 'La Clase'

Valiente y comprometido con la realidad que le tocó vivir, el cineasta francés Laurent Cantet hizo historia al ganar la Palma de Oro del prestigioso Festival de Cannes en 2008 con La clase, una película en la que nos sumergía en los retos y conflictos del sistema educativo francés, situando la cámara dentro de un aula, donde alumnos de todas las procedencias sociales convergían. Era una especie de microcosmos que ejercía de metáfora de la propia Francia y que emocionó al jurado de aquel año, presidido nada menos que por Sean Penn.

Su interés por la educación venía de familia, pues sus padres eran profesores. Él nació en Melle hace 63 años, estudio audiovisual en la escuela La Fémis, donde finalizó sus estudios a mediados de los ochenta. Desde entonces comenzó a trabajar en el audiovisual convirtiéndose en uno de los directores más interesantes y reconocidos de su generación. Desde sus primeros trabajos, Cantet demostró una capacidad innata para captar y comprender la realidad, sin dejar de lado todos los matices de una historia, mostrando las fricciones de la sociedad y prestando atención a lugares alejados de su propio entorno. La noticia de su muerte llega justo cuando se encontraba trabajando en un nuevo proyecto, tal y como contaba a la prensa francesa, su productora. Cantet compaginaba el casting para su nueva película, L’apprenti, que debía salir en 2025, mientras se trataba del cáncer que padecía.

Laurent Cantet es autor de un cine comprometido y humanista que refleja los conflictos sociales. El direector ganóe l César a mejor ópera prima con Recursos humanos en 1999, donde contaba los conflictos laborales en las multinacionales del norte de Francia, cuando los sindicatos empezaban a perder poder. Una película que cogía influencias de Godard, pero también cine social británico, del mejor Ken Loach. Fue en 2001 cuando Cantet ganó el León de Oro en Venecia por El empleo del tiempo y siete años después llegaría esa Palma de Oro. La historia de cómo rodó La Clase, surge de un taller de arte dramático que impartió el cineasta en el Instituto Françoise Dolto, de la periferia de París, donde conoció a François Bégaudeau, profesor de francés, que alcanzó el éxito en 2006 con la publicación de su novela Entre les murs, en la que se basó para la película que escribió junto a su colaborador Robin Campillo. Precisamente, años después volvería al tema de la educación y de la importancia de la cultura con El taller de escritura.

Más allá de Francia, Cantet, que hablaba español, se acercó a otras realidades sociales. Por ejemplo, con Vers le Sud, su tercer largometraje, se adentró en las tensiones vividas en Haití durante la dictadura de Duvalier. Y en Regreso a Ítaca decidió adaptar una novela del escritor cubano Leonardo Padura, una historia sobre la desilusión de la generación perdida cubana. La metáfora homérica, del exiliado que vuelve, nos acerca a las intimidades de cinco amigos cubanos que se reencuentran en La Habana tras años separados, donde sonaba la música de Joan Manuel Serrat. Antes de eso, ya había rodado en Cuba, pues filmó uno de los episodios de la película coral 7 días en la Habana. Se atrevió también a rodar en inglés con Foxfire, una adaptación de la novela de Joyce Carol Oates, Foxfire cuenta la historia de cinco adolescentes que se unen para propinarle una paliza a su maestro de biología, quien se había propasado emocional y físicamente con dos de ellas.

Una de sus últimas películas habló de Internet y de cómo las redes sociales pueden acabar con una persona, en este caso con un escritor de éxito racializado. Arthur Rambo es la crónica de la caída a los infiernos de una promesa literaria. Karim D es un joven de origen argelino que se ha convertido en la nueva sensación del país con su nueva novela, en donde refleja la vida de los emigrantes musulmanes. De repente, unos tuits escritos por él en el pasado, bajo el seudónimo de Arthur Rambo, salen a la luz. Son unos comentarios que no dejan títere con cabeza. Insulta a los judíos, a las feministas, a los homosexuales… En 48 horas su prestigio cae por los suelos.

Más allá del cine, fue cofundador, junto a Cédric Klapisch, Pascale Ferran y Alain Rocca de LaCinetek, la primera plataforma VOD dedicada a custodiar el patrimonio cinematográfico. También ha sido miembro del colectivo 50/50 que tiene como objetivo promover la igualdad entre mujeres y hombres y la diversidad en el cine y el audiovisual. En 2015, el cineasta firmó un llamamiento para poner fin a las condiciones de vida inhumanas de los inmigrantes y refugiados en Calais y siempre mostró su rechazo a las ideas de Marine Le Pen y la extrema derecha francesa que culpabilizaban a los migrantes de los todos los problemas galos.