Odiador

Odiador es una palabra que se entiende perfectamente. Construida con los mismos mimbres que productor o promotor, por ejemplo, un odiador es aquel que odia o que produce y promueve el odio. Esta aversión hacia algo o alguien cuyo mal se desea es tan antigua como la humanidad. Lo curioso es que, siendo así, la palabra en castellano, documentada ya desde el siglo XIX, no llegó al diccionario hasta 2014, seguramente como dique y alternativa al anglicismo hater, un neologismo que nos llegó con las redes sociales y se ha extendido tan rápidamente como el odio.

Los romanos ya acuñaron la palabra odium y el verbo inodiare, enfadar, que en castellano acabó en enojar, causar enojo, que el diccionario define como ese “movimiento del ánimo que suscita ira contra alguien”. Los griegos también tenían la palabra misó, que nos puede resultar más extraña al oído pero que encontramos en palabras como misoginia y misandria, aversión a mujeres y hombres respectivamente, o misantropía, aversión hacia las otras personas en general, independientemente de su sexo. Así que, con estas piezas podríamos proponer un neologismo, misodiador, que podría servir para nombrar a quien aborrece a los odiadores.