De leyes contra la desinformación que censuran hasta un posible golpe de Estado en Alemania: el peligro de no combatir los bulos

El viernes 3 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Reporteros sin Fronteras ha publicado su informe anual donde España mejora su posición, pero por el empeoramiento de los demás países. Una jornada que en la actualidad cobra más sentido que nunca, puesto que día a día la profesión de los periodistas es cada vez más cuestionada e infravalorada. Además, se le suma la libre circulación de información falsa o bulos a través de muchos canales.

Marc Amorós, bulólogo de cabecera, contextualiza que hay países que se han atrevido a legislar para combatir la desinformación como Alemania o Francia. Por otro lado, también recalca que la UE tiene un código de buena información y existen otros países que pretenden lograr leyes que combatan este gran problema. Ante todo esto, el experto apunta algunos datos sobre el contexto mundial.

Las intenciones de luchar contra los bulos pueden derivar en censuras en algunas ocasiones, por eso mismo, Amorós recalca que: "El riesgo siempre existe de luchar contra la desinformación, pero que luego se pretenda silenciar voces discrepantes para los gobiernos de turno". Con estas posibles tesituras, insiste en que "Las leyes son complicadas porque la libertad de expresión es algo que se tiene que preservar siempre". Por esa razón, el experto informa que: "Siempre hay líneas rojas que complican las legislaciones".

Algunos casos de desinformación por el mundo

Javier González Cuesta, corresponsal en Moscú, informa de que Vladímir Putin aprobó una ley contra los bulos justo antes de la invasión de Ucrania. Lamenta que: "Toda información que sea contraria al gobierno puede ser condenada con hasta 15 años de cárcel". Con esta supuesta ley, que lucha contra la desinformación, explica que el último caso de censura fue el arresto de un periodista la semana pasada, "porque compartió en su perfil de redes sociales noticias de otros medios que habían revelado que existían cadáveres en un pueblo de Ucrania".

También cuenta que hubo otro caso de un periodista alemán arrestado por el régimen. Fue parado por las fuerzas de seguridad mientras viajaba en tren, ya que tenía publicado en un perfil de una red social un mensaje que "aseguraba que la Guerra de Ucrania tenía una relación directa con la escasez de comida en África".

Ante esta delgada línea de combatir la desinformación y el codearse con la censura de voces que pueden ser disidentes a los gobiernos, Carmen Viñas, corresponsal en Alemania, habla sobre un posible intento de golpe de Estado en Alemania por parte de un grupo de extrema derecha.

Este colectivo radical parte del no reconocimiento de la legitimidad de la República Alemana. La periodista explica que su motor es el reclamar la vuelta a la Alemania prusiana. El cabecilla, un viejo conocido de los servicios secretos, "se encargaba de difundir bulos y mensajes antisemitas", explica Viñas, que alentaban estas ideas y posición.

"Luchar contra la desinformación es luchar contra la mentira"

"Los investigadores han minusvalorado este grupo hasta ahora", recalca la periodista. Con todo esto, explica que el potencial desestabilizador en la sociedad de este grupo, con su difusión de mensajes ultras, habían conseguido infiltrarse en el propio ejército y otras instituciones alemanas. Además, disponían de un arsenal y de recursos para poder, por lo menos, "intentarlo". Con todo este escenario fallido, Carmen Viñas alerta de que "lo tenían todo muy bien previsto".

Con todos estos escenarios, Marc Amorós, insiste en que es complicado combatir este tipo de movimientos sociales y perfiles en redes. "Luchar contra la desinformación es luchar contra la mentira", insiste. Y ante el silencio que puede haber respecto a las noticias falsas en redes sociales, cree que no se debe de consentir porque: "Se trata de una especie de mancha de aceite que se debe de sacar antes de que expanda más".